jueves, 31 de marzo de 2011

A Rafa Brioso.

¿Cuánta tristeza cabe en este canto?
¿cuánto silencio deja este destrozo?
No cabe este dolor en un sollozo,
no hay lágrimas que aguanten tanto llanto.

Te vas sin respetar el protocolo,
tan rápido que el tiempo es una mota,
dejando el alma de tu gente rota
y triste el corazón del alma, y solo.

El caso es que no es una pesadilla,
ahora al tiempo toca hacer su parte,
atenuar el dolor y dar consuelo.

Nos queda tu recuerdo y dos semillas,
que fuertes crecerán, y al recordarte
tendrán el rumbo claro de su vuelo.

jueves, 24 de marzo de 2011

El tiempo


El tiempo que, implacable, se acumula en mis manos
vertiendo sus vergüenzas en mis ojos marchitos,
arrebata a la sombra el eco y la memoria,
la paz, los estandartes, los agraces racimos.

La lúgubre certeza es la espada que ciñe
sus manos contra el cuello en un gesto asesino,
la sangre que ahora mana, no es sangre sino tiempo
que vierte sus vergüenzas en mis ojos vacíos.

El tiempo, sin embargo, a veces, reconforta,
y no vierte vergüenzas, ni hiere con su filo.
El tiempo, en ocasiones, oxida las guadañas
y el hacha inquebrantable de lo desconocido.

Entonces, sólo entonces, se disipan las dudas,
el dolor se atenúa, se vislumbra el camino,
y el pastel se descubre y se rompe el secreto,
y se mezclan los rostros de verdugo y amigo.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Aunque no estés mirando

Arreciará la lluvia, no lo dudes,
arreciará la lluvia y el letargo
que, burdo, inmoviliza mis neuronas
y ansioso se apodera del espacio.

No cederá la lluvia en los cristales,
o en los tenues reflejos del espanto,
el tiempo dejará paso a la noche,
la noche a la tormenta dará paso.

Es posible que un rayo misterioso
arranque este silencio de mis labios,
o tal vez una sombra maliciosa
se asome por mis ojos, tan cansados.

La lluvia volverá, regresa siempre,
al sur, vuelven al sur siempre, los pájaros.
El tiempo, cuando pasa, mata o cura,
y pasa porque pasa,
aunque no estés mirando.

lunes, 21 de marzo de 2011

Llámame optimista.

El eco del silencio que retumba
allí donde mis dedos no hacen mella
me deja en la mirada grises huellas,
así mis cuchitriles se derrumban.

Si buscas leerás sobre mi tumba,
metáforas, clichés, prosopopeyas,
poemas y canciones que se estrellan
en este gris silencio que ahora zumba.

En fin, que la belleza siempre es breve,
y las heridas aunque sean leves
te dejan indeciso y pensativo.

De tanto caminar por el desierto,
ya ves, he terminado medio muerto,
o, llámame optimista, medio vivo.

martes, 8 de marzo de 2011

Miedos

A mí no me preocupa la derrota,
ni el sueño, el desamparo me arrebata,
la soledad ni duele ni me mata,
ni ahogada en el silencio mi alma explota.

A mi lo que me asusta no es la muerte,
tampoco es el dolor lo que me asusta,
a mí lo que me aterra no es la fusta
del tiempo, me da igual la mala suerte.

No temo a la revancha, a la metralla,
ni al denso olor a sangre en la batalla,
no me amedranta el yugo vil, ni el sable.

No temo a los cañones ni a las balas,
el miedo sólo me corta las alas
si viene agazapado en lo inmutable.

jueves, 3 de marzo de 2011

F-In-icio

Pongamos que este es el decimocuarto,
y que este verso es el número trece,
el doce, como ves, aquí aparece,
y el once llega a punto en el reparto.

en este verso el décimo te ensarto,
del diez al nueve nada, me parece,
la octava de las lineas lenta crece,
y llegando a la septima estoy harto.

El verso que ahora ves vale por seis,
el quinto no está mal, no hay quinto malo,
y el cuatro un rato antes de las tres.

En este mi tercero ya vereis,
que el dos ya viene y trae su regalo:
El uno en una cuenta del revés.