lunes, 31 de diciembre de 2012

Palabras para Adán

Para José Luis, Elena
y... sobre todo, para Adán.

La vida es esto, Adán:
andar de mano en mano,
saber que está detrás
de cada invierno otro verano.

Bajar para subir
por la montaña rusa,
llorar, después reír,
No andar buscando más excusas.

La vida es esto, Adán:
jugar otra partida
perder para ganar,
lo que te está pasando, Adán,
esto es la vida.


La vida es esto, Adán:
llevarte una sorpresa,
probar, probar, probar,
la hiel  pero también la fresa.

Perder otro autobús
llegar tarde a una cita
y no decir ni mu

soltar alguna lagrimita. 

La vida es esto, Adán:
jugar otra partida
perder para ganar,
lo que te está pasando, Adán,
esto es la vida.


La vida es esto, Adán:
posar ante el espejo,
sentarse a descansar
tirar piedras a tu reflejo.

Cantar una canción
a una hermosa muchacha,
perderse en la estación
abrazarse a una mala racha.

La vida es esto, Adán:
jugar otra partida
perder para ganar,
lo que te está pasando, Adán,
esto es la vida.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Si vamos a morir...




"La poesía es un arma cargada de futuro."
Gabriel Celaya


Que el poema nos sirva de armadura
en esta guerra cruenta de la vida,
que nos rescate el verso de esta oscura
encrucijada turbia y sin salida.

Que la palabra dome este salvaje
y proceloso mundo que se quiebra,
que el verbo ponga un rumbo a este viaje
y evite nidos viles de culebras.

Si vamos a morir que quede escrito
un verso para las generaciones
que vengan a tragarse nuestra mierda.

Si vamos a morir que nuestro grito
retumbe como un eco en los rincones
para que la derrota no les muerda.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Mientras todo pasa


Mientras el mundo gira insoportable,
con el chirrido de su maquinaria nauseabunda.

Mientras las chimeneas crecen 
como debieran hacerlo, en su lugar, las amapolas,
vomitando la cantidad exacta de veneno
que permite la ley, abominable.

Mientras se desmoronan los valores
y engendramos nuevas generaciones
de hombres grises y mujeres grises,
y niños grises de alabastro.

Mientras proliferan ratas, sanguijuelas,
y un manto de moscas pertinaces
se sacude en el tul
de una bailarina incrédula y enclenque.

Mientras la sangre fluye, desterrada,
mojando el cerco, las fronteras, 
los paños ondeantes de los mástiles,
los diamantes, los relojes de oro
los pisacorbatas.

Mientras se tambalean los cimientos
de lo que pudo ser y no quisieron,
de lo que debía ser y no exijimos.

Mientras la ametralladora aniquila,
mientras la excavadora aniquila,
mientras el hambre aniquila,
mientras el hombre aniquila.

Mientras todo pasa,
te comerás una manzana...
y yo te veré tan hermosa...

domingo, 23 de diciembre de 2012

Desde hoy hasta ahora, palabras para Noa.




"(...) lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso"

José Agustín Goytisolo


Para que tú las leas cuando cumplas más años
escribo estas palabras,
                              ahora,
                                        mientras duermes:
Para pedir perdón por los errores
que habré de cometer o he cometido.

Para que sepas que ahora, mientras lees
yo sé lo que no sé a esta hora en que escribo:
que el presente es un viaje eterno de ida y vuelta
desde lo que es y ya será, 
                                         hacia lo que es y antes era.

Este que escribe ahora era tu padre
cuando tenía en los dedos el temor al olvido,
a repetir patrones aprendidos y erróneos
cuando dudaba entre sí mismo
y su sombra de entonces.

Para que tú las leas cuando cumplas más años
y entiendas simplemente que no importa qué has hecho,
que hoy apuesto todo al amor que ya tengo
nacido para ti desde hoy hasta ahora.

Y si acaso las lees y aún  no las comprendes,
comprende que te escribo para que tú las leas
y las comprendas ahora que has cumplido más años.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Soneto para un fin del mundo



Parece que al final el cataclismo,
si llega, va a llegarnos con retraso,

y yo que a esas historias no hago caso
me quedaré compuesto y sin abismo.

Si la hecatombe no acaba con todo,
o si la sideral metralla yerra
la ruta para destruir la tierra,
tendremos que seguir en este lodo.

Será que estaba ya mentalizado
y había echado al vuelo mi esperanza...
maldito paso atrás del fin del mundo.

Los Mayas estarán equivocados,
pero es que la paciencia no me alcanza,
soy tonto de verdad, tonto profundo.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Que no guíe la inercia


Evita distracciones, no es la hora
de andar haciendo trampas al destino,
evita que la gris locomotora
del tiempo descarrile en tu camino.

La soledad del último minuto
pinta una sombra azul sobre tu ceño,
si el viejo corazón viste de luto
jamás verás cumplido ningún sueño.

Remángate y al tajo, que en las duras
se forja el hierro al rojo de la espada.
Del miedo sentirás la picadura,

no hay victoria sin sangre derramada.
Que no guíe la inercia tu aventura,
porque si te acobardas no harás nada.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Hemorragia



Roja la herrumbre,
aferrándose a los cierres,
recorre irremediablemente
recónditos raíles.
Ráudo el terror se restriega
y deja un rastro imborrable,
incorrompible, irreparable.

Rápidamente todo alrededor se ralentiza,
el retroceso derriba los herrajes,
las correas restallan en un ronco rugido,
como de hierro rompiéndose,
resquebrajándose.

Roja la herrumbre
se derrama, 
y riega esta hemorragia
la rara realidad,
ruin,
que nos rodea.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Muerte y Juicio (Rafael Alberti)


1

(MUERTE)

A un niño, a un solo niño que iba para piedra nocturna,
para ángel indiferente de una escala sin cielo...
Mirad. Conteneos la sangre, los ojos.
A sus pies, él mismo, sin vida.

No aliento de farol moribundo,
ni jadeada amarillez de noche agonizante,
sino dos fósforos fijos de pesadilla eléctrica,
clavados sobre su tierra en polvo, juzgándola.
Él, resplandor sin salida, lividez sin escape, yacente,
juzgándose.

2

(JUICIO)

Tizo electrocutado, infancia mía de ceniza, a mis pies, tizo yacente.
Carbunclo hueco, negro, desprendido de un ángel que iba para piedra nocturna,
para límite entre la muerte y la nada.


Tú: yo: niño.

Bambolea el viento un vientre de gritos anteriores al mundo
a la sorpresa de la luz en los ojos de los reciennacidos,
al descenso de la vía láctea a las gargantas terrestres.

Niño.
Una cuna de llamas de norte a sur,
de frialdad de tiza amortajada en los yelos,
a fiebre de paloma agonizando en el área de una bujía;
una cuna de llamas meciéndote las sonrisas, los llantos.

Niño.
Las primeras palabras abiertas en las penumbras de los sueños sin nadie,
en el silencio rizado de las albercas o en el eco de los jardines,
devoradas por el mar y ocultas hoy en un hoyo sin viento.
Muertas, como el estreno de tus pies en el cansancio frío de una escalera.

Niño.
Las flores, sin piernas para huir de los aires crueles,
de su espoleo continuo al corazón volante de las nieves y los pájaros,
desangradas en un aburrimiento de cartillas y pizarrines.
4 y 4 son 18. Y la X, una K, una H, una J.

Niño.
En un trastorno de ciudades marítimas sin escrúpulos,
de mapas confundidos y desiertos barajados,
atended a unos ojos que preguntan por los afluentes del cielo,
a una memoria extraviada entre nombres y fechas.

Niño.
Perdido entre ecuaciones, triángulos, fórmulas y precipitados azules,
entre el suceso de la sangre, los escombros y las coronas caídas,
cuando los cazadores de oro y el asalto a la banca,
en el rubor tardío de las azoteas
voces de ángeles te anunciaron la botadura y pérdida de tu alma.

Niño.
Y como descendiste al fondo de las mareas,
a las urnas donde el azogue, el plomo y el hierro pretenden ser humanos,
tener honores de vida,
a la deriva de la noche tu traje fue dejándote solo.

Niño.
Desnudo, sin los billetes de inocencia fugados en sus bolsillos,
derribada en tu corazón y sola su primera silla,
no creíste ni en Venus, que nacía en el compás abierto de tus brazos.
ni en la escala de plumas que tiende el sueño de Jacob al de Julio Verne.


Niño.
Para ir al infierno no hace falta cambiar de sitio ni postura.


Rafael Alberti

viernes, 14 de diciembre de 2012

Será que he muerto


Si puedes leer estas palabras
será que he muerto alguna vez
y te he encontrado en esta nueva vida,
y sigues siendo rotundamente tú,
pese a los tránsitos.

Será que al fin, 
después de tanto tiempo,
tomo conciencia,
veo,
me descubro,
y entiendo que jamás estuve lejos
y que cuando me fui,
te dije,
te conté,
te susurré
hacia dónde me iba.

Si puedes leer estas palabras,
-leer que he estado muerto-
sin torcer el gesto y sin asombro,
siendo rotundamente tú, sin condiciones,
será que lo sabías,
será que te tocó esperarme.

Ha sido hoy, lo juro, ha sido hoy,
cuando he desenredado la madeja,
y al fin te he visto en vidas tan ajenas
y en muertes tan, totalmente, insufribles.

Y si, por el contrario,
mi voz te suena extraña,
hablando de otras muertes -ya tan nuestras-,
quizá te sirva para abrir los ojos,
y no negar los hechos evidentes.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Para decir amor.


Para decir amor como tan solo
pueden hacerlo algunos elegidos.

Para llenar cada intersticio con sus letras,
arrastrándolas... 
                               no.
No es arrastrar,
porque arrastrar lacera,
y deja hollín, y barro,
y sangre, y fuego...
                            y... duele.

Para decir amor como tan solo
pueden decirlo algunos elegidos.

Para impregnarlo todo con sus letras,
sin permitir un ápice de dudas
bajo su manto limpísimo.

Para eso estoy aquí,
aunque no pertenezco a la raza
de los elegidos.
Por eso ensayo una vez más
con estas letras,
y una vez más lo intento
y me postulo.

martes, 11 de diciembre de 2012

Descalzo


Por no sentir el frío
bajo mis pies descalzos,
enarbolo una bandera
ajada ya
              y sin vida.

No temen mis huesos,
(sempiternos andamios cristalinos)
el antiguo dolor,
el lejano dolor de esta frontera.

Para abrigar las manos,
entono el último compás,
(el más alegre),
del réquiem que jamás nos compusieron.

Por no sentir el frío
bajo mis pies desnudos,
camino sobre ascuas
con una determinación adolescente, 
y todo es mágico:
Asciende el calor por la escalera
igual que un hatillo de globos,
una bandada de pájaros,
un rumor, un amor...
como la espuma.

Regreso, sobre la incandescente 
huella de mi paso hambriento,
allí, donde me esperas,
con tu risa cantora y tu mirada de almendra.

Y todo es ya calor bajo este peso
que se posa decidido y rotundo.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Contra pronóstico


Porque contra pronóstico he llegado a este estado,
y por saber si soy o sólo lo parezco,
atisbo ante el espejo arruga tras arruga
buscando un punto al fin, que confirme mis miedos.

No trato de engañarme, mi verbo no me viste,
me viste un uniforme poco cualificado,
escribo, sin embargo, pero no sé si soy
un poeta o si solo, a veces lo aparento.

Prometo redimir pecados juveniles
como olvidar a Lorca, pasar de Gil de Biedma,
no aferrarme a la voz de Don Ángel González,
ni susurrar palabras de Neruda o de Hierro.

Tal vez si empiezo ahora, dentro de veinte años
tendré la cama hecha y no importe el uniforme,
el hoy es una página con borrones pueriles
porque he llegado a este estado contra todo pronóstico .

sábado, 8 de diciembre de 2012

Demasiado


La nada, el precipicio, el eco eterno
que va y que no regresa repetido,
la biblioteca de sueños perdidos,
los cristales helados del invierno.

El icerberg errante, la almohada
tan absurda, tan dura y tan vacía,
los cláxones de la ciudad impía,
el vértigo, el silencio gris... la nada.

En esta estepa inmensa de tu ausencia
nada me afecta más que la inclemencia
del tiempo que se arrastra envenenado

Desde el profundo hueco que me dejas
por dentro cuando sin piedad te alejas,
¡qué largos son dos metros!, demasiado.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Olor a Infierno


Qué más quisiera yo que este declive,
que esta falta total de fuerza y ganas
no barriera el paisaje y sus contornos.

Cómo me gustaría rebelarme,
alzar mi voz al viento, hallar el modo,
de girar la moneda a mi favor
como un hábil tahúr, como el destino.

El caso es que el ingrávido jadeo
que astilla la razón y la costumbre,
con su terco vaivén insoportable,
con su tic y su tac, su escalofrío,
arremolina papeles amarillos 
a los pies de mi puerta carcomida.

Es posible que un trino vacilante,
un trémulo canto incandescente
cauterice sin miedo las heridas.
Tal vez el sol, mañana, u otro día
acaricie la suave decadencia
y la vida florezca en estas grietas.

El caso es que un olor es imborrable.

Cuando la pituitaria se amotina,
y devuelve rescoldo a la ceniza
nada se puede hacer, estás perdido.

Así, desde el edén, algunos días,
podremos percibir olor a infierno.


miércoles, 28 de noviembre de 2012

Estará hecho

Aguza el oído, pon la máxima atención,
detrás de ti, en este mismo instante
se alza amenazante la mano
que acabará contigo.
Percibe su sombra.
Siente la vibración sutil del aire,
o su emboscado aroma...

Recurre, si aún puedes,
al vestigio,
a las ruinas humeantes de lo que fue en su día,
(un día gris, y lejanísimo),
el instinto.

Entonces (si lo logras), podrás prever,
y estar a salvo, quizá mágicamente.

Como la gacela, que se arquea,
antes incluso de que el viento
arrastre, oportuno, el hedor del guepardo,
agazapado y hambriento.

Ahora puedes respirar tranquilo,
ya se ha acabado el poema y la mentira...

Si he conseguido que un instante
hayas sentido el vaho y la amenaza...
Si esta no es la primera vez
que miras de reojo,
entonces... estará hecho.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Frío


El frío, otra vez el frío frío,
ese miserable frío que apuñala,
que atenaza cada músculo 
en convulsión microscópica
casi imperceptible,
pero innegable al fin,
como su fría sombra.


El frío es quien envuelve
ahora nuestro lecho...
con su lengua glacial
sus helados contoneos,
con su gélida mirada lasciva
de Lolita desvalida y hambrienta.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Para borrar las huellas


Para borrar las huellas de estos pasos
que doy con timidez hacia el abismo,
para aplacar la sed y el pesimismo
doy cuerda a los relojes con retraso.

Para sacarme de la piel la espina
que me clavó el silencio y su guadaña,
y disipar el vaho que le empaña
la vista a mi razón de tinta china,

me dejo de dar vueltas a la noria
y enfilo recto el tramo hacia una historia
escrita verso a verso, rima a rima.

Para acabar ganándole a mi sombra,
mi mano agita, barre, desescombra...
y me rescata de la atroz calima.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Un soneto me pide



                                                           Para Mª del Mar Marchante Ortega


Un soneto me pide Mar Marchante,
y nunca me he encontrado en tanto aprieto;
¿Hacerlo bien? No sé, sólo prometo
hacerlo que no es mucho y ya es bastante.

Pensé que no hallaría consonante
para salir contento de este reto,
así que a la mitad de este soneto
le da Lope los toques más brillantes.

Por el primer terceto voy entrando
la duda golpeándome  en el pecho
Me obliga a releer de vez en cuando.

Ya voy por el segundo, y aun sospecho
Que alguno pensará que estoy plagiando,
Y alguno se dará por satisfecho.