sábado, 28 de enero de 2012

Autorretrato



Qué duro es estudiarse ante el espejo,
notar cómo los años no perdonan,
prefiero imaginarme como un Conan
a ver mi macilento y gris reflejo.

Mi antiguo torso atlético y viril
dió paso sin aviso y sin piedad
a un cuerpo ya curtido por la edad
y orondo al observarlo de perfil.

Lo antiguo y lo actual, ¡qué diferencia!
Si algo le sobra al tiempo es la paciencia
para arrugar mi frente y sembrar canas.

Pero mudé la piel como un lagarto,
si tengo que morirme lo haré harto,
mejor es morir harto que con ganas.



viernes, 20 de enero de 2012

Los últimos cristales del invierno


Me pido resbalar por tu cadera.
Sutil. Como un suspiro...
con la suave cadencia milenaria
de los árboles.
Del modo en que resbalan...
(cuando, aún a lo lejos,
abril deja caer algún bostezo
azul al horizonte.)
del modo en que resbalan (te decía),
los últimos cristales del invierno.

Me pido el privilegio
de hallar en la recóndita pradera
un soplo, solo un soplo
de ese aroma salvaje,
(Como la procelosa catarata
que arrastra en su caída
todo lo que a su paso se atraviesa,
incluida mi voz y mi mirada.)
un soplo, solo un soplo (te decía),
de la brisa que azul tu aroma eleva
y la sangre me arranca y me enloquece.


miércoles, 18 de enero de 2012

Catorce al día


De nuevo van mis dedos al teclado
y aún no sé muy bien qué están diciendo,
lo que hago es escribir pero no entiendo
qué musa traicionera me ha inspirado.

El caso es que el silencio que arrastraba
se ve con esta letra exorcizado,
la musa que camina aquí a mi lado
pone al rojo su nombre y me lo graba.

Perdón por esta ausencia miserable
que a veces campa por mi cuchitril
con una inadmisible alevosía.

Lo cierto es que esta vez, soy el culpable,
que me entregé a la creación febril
para escribir, ¡Jesús!, Catorce al día.

viernes, 6 de enero de 2012

Yo que en el arte de la verbigracia (Song Project)


Yo que en el arte de la verbigracia
fui todo un as,
lo perdí todo, para mi desgracia
en un pispás.

Yo que tenía la sana costumbre
de ser correcto,
Hoy vivo acogido por la techumbre
de lo imperfecto.

El hijo pródigo, el macho alfa,
el mejor vino,
ahora recibo mi plato de alfalfa
tal que un pollino.

No hay solución si la cosa se tuerce
hacia el abismo,
estoy perdido por más que me esfuerce
dará lo mismo.

Yo que he probado el sabor de la miel
de la victoria,
llevo impregnado hace tiempo en la piel
sabor a escoria.

No sé qué pasa que todo ha cambiado
todo va mal,
Busco el chalet en un cuarto acolchado
en salud mental.

Ando sobrado de cierto complejo
dice el doctor,
mientras observo mi triste reflejo
de mal en peor.

Yo que en el arte de la verbigracia
era un torero,
hoy la neurona anda un poco reacia
y tiende a cero.

Yo que en arte de la verbigracia
fui todo un as
lo perdí todo, no veas la gracia,
en un pispás.

lunes, 2 de enero de 2012

Sé David


A veces la rutina y su querencia
ahoga tanto o más que la anaconda,
no huyas, ni lo intentes, no te escondas,
la vida ya ha firmado tu sentencia.

Qué inútil es mostrar la impertinencia
de armarse de valor contra la hedionda
rutina y no aceptar parada y fonda,
qué inutil es mostrar la disidencia.

Mas, ¡Ay! del que se sienta en la colina
dejándose ganar por la rutina
sin presentar batalla en dura lid.

Si el eco de la voz de la costumbre
es Goliath, no seas muchedumbre,
el arma está en tus manos, sé David.