miércoles, 29 de agosto de 2012

Después de cada borrachera

Para Juan José Téllez
(Lo que no consigue el puñal, no lo consigan las rosas).

Porque después de cada borrachera
viene el feroz cincel de la resaca
con esa sed atroz que no se aplaca,
y esa jaqueca aguda y cojonera.

Espero que este día que amanece
después de tan opíparo banquete
no lastre tu salud, y te respete
la náusea de los panes y los peces.

Después de tal montaña de lisonjas
es fácil recostarse en las esponjas
que ablandan la razón de los espejos.

Después del orgasmítico homenaje
lo duro es no rendirse al oleaje
que le borra el olfato al perro viejo.

martes, 28 de agosto de 2012

Intervención en "Escrito con la izquierda" Homenaje a Juan José Téllez


Buenas noches:

Yo conocí a Juan José Téllez en su despacho, allá por 1994, mi padre me llevó a verle con la intención de enseñarle mis primeros poemas.
En realidad, no recuerdo muy bien qué me dijo, seguramente fue bastante benévolo, sólo recuerdo una enorme sensación de pequeñez, y lo delicadas que me parecieron sus manos.
Mi mujer dice que soy un tipo raro, capaz de valorar mucho cosas que son, en principio, insignificantes...
Es lo que me pasa con Juan José Téllez, seguramente haya cosas mucho más destacables que las que voy a contar, pero creo que se trata de ser sinceros.
Una cosa que admiro profundamente de él es su maravilloso acento andaluz, admiro sobre todo el hecho de que no lo pierde cuando recita poemas.
También me parece espectacular la capacidad que tiene para hilar palabras construyendo desde la nada discursos impecables en su forma y contenido.
A veces me pregunto si no los trae aprendidos desde casa.
Siempre que he coincidido con él he tenido ganas de desterrar la timidez, pero nunca he podido, estar a su lado es regresar a las sensaciones de aquella vez, cuando yo tenía 14 años
En fin...
Otra cosa que me pasa es que hay una fuerza invisible que me impide (no sé por qué) llamarle Juanjo... siempre digo JuanJoseTéllez, todo junto.
Dos semanas después de que me llamaran para participar en este acto seguía dándole vueltas... hasta que mi mujer me dijo:
Stewart, tú lo que haces es escribir... escribe y ya está... y es lo que he hecho:
Pero antes de leer el poema quería darle las gracias a Juan José Téllez por dos cosas, fundamentalmente:
1º Por colocar mi nombre en la “Historia de Algeciras”, cosa que me enorgullece enormemente.
2º Por haber hecho méritos para recibir este homenaje, así podré decir siempre que yo también estuve aquí.


Para llamarte Juanjo

Recuerdo aquella escena como un ayer cercano
y la maza del tiempo no derriba este muro.
Cristal en el despacho, delicadas las manos,
pajarita y papel, palabras de futuro.

Si busco en el trastero de vida transcurrida
el eco de tu voz leyendo algún poema,
o acaso un manifiesto sobre alguna tarima
el vértigo me envuelve como en aquella escena.

el hoy es esta plaza, las palabras que digo
aquí con esta voz que como siempre tiembla,
el hoy es desterrar el temor del ombligo
y espantar para siempre las dudas y la niebla

Y el hoy, que es más cercano, que aquel de mi niñez
me enseña la manera, y las distancias zanjo
y venzo en dura lucha a mi terca timidez
para brindar contigo y para llamarte Juanjo.

sábado, 18 de agosto de 2012

Solo de trombón


Un solo de trombón desafinado
volcaba su tristeza,
la lluvia era la única certeza,
la lluvia y el trombón.

A lo lejos los cláxones chillaban
con sus voces de hierro,
llegaban los ladridos de los perros
del barrio a la estación.

Un yo desvencijado por los años
rodó por el asfalto,
vencido, cabizbajo, triste, harto,
dejándose llevar.

La lluvia pesa más que mi tristeza,
los perros ladran siempre en mi cabeza,
la duda me arrebata la certeza...
Me cansé de esperar.

Un solo de trombón, un saxo mudo:
la triste compañía
que quiso hacerme bien mi último día
en esto de existir

Y mientras las monedas van cayendo
del bolsillo a la gorra,
me aferro a la tristeza que me borra
las ganas de vivir

El tren se acerca al son de la balada,
nadie imagina el salto,
las vías sustituyen al asfalto
que piso en el andén.

La lluvia pesa más que mi tristeza
los perros ladran siempre en mi cabeza,
ahora solo tengo la certeza
de las fauces del tren.

sábado, 11 de agosto de 2012

La ley de la selva


Caminas por la acera y todo es menos
que el silencio que dejas a tu paso,
curioso, tu perfecta primavera
repara los relojes con retraso.

Un súbito vacío, como el salto
de la pantera al cuello de su presa,
y todo es un enorme escalofrío,
un río de caliente sangre espesa. 

Te vas y te reclamo y me desangro
y aquí te espero, espero a que tú vuelvas,
sin rechistar acataré tu ley
La ley inquebrantable de la selva. 

Caminas por la acera y todo es nada
y el mundo sigue ciego su camino
sin verte en tus andares de pantera
ni ver cómo te afilas los caninos.

Y mientras tu cintura bambolea
su lluvia de volutas por la acera
furtivo, yo me embosco en la espesura
y espero, porque un cazador, espera. 

Te vas y te reclamo y me desangro
y aquí te espero, espero a que tú vuelvas,
sin rechistar acataré tu ley.
La ley inquebrantable de la selva. 

Que colecciono diosas y vestales
mujeres fatales y majas de Goya,
porque acumulo cosas hermosas
y en mi inventario me falta una joya.

Y así desde la esquina te vigilo
mojando mi colmillo en tu deseo
alguna vez me sacaré la espina
y contaré contigo en mi museo. 

Te vas y te reclamo y me desangro
y aquí te espero, espero a que tú vuelvas,
sin rechistar acatarás la ley.
La ley inquebrantable de la selva.

miércoles, 8 de agosto de 2012

No estoy ni para eso

 Para Pepelu...
que me dió el título y la inspiración drexleriana
Después de la oficina, los clientes
del claxon encendido, de la prisa
después del indómito reloj
marcando hora tras hora, hora tras hora,

Después de tanto humo y tanto ruido
después de tanto exceso,
me pides que te quiera un poco más,
no estoy ni para eso.

Después de los atascos y los litros
de sangre y de sudor por las aceras,
después del autobús, el coche, el taxi,
rodando metro a metro, metro a metro,

Después de tantas idas y venidas
y ver que sigo preso
me pides arrumacos de sofá,
no estoy ni para eso.

Después del desaliento y de la fiebre,
de babas, llantos, mocos, vomitonas,
después de una rodilla magullada
sangrando gota a gota, gota a gota,

después de los recados y la lucha
por mantenerme ileso
me dices -"cielo tenemos que hablar"
no estoy ni para eso...
¿no vale con un beso?

lunes, 6 de agosto de 2012

El último trago

A Chavela Vargas
(In memorian)

Si me dicen dolor, digo "Chavela",
y lloro con tu risa más amarga,
las penas a tu sombra son más largas
y más encarnizadas las secuelas.

Tu voz se enfrentó al mundo sin adarga,
exorcizando el miedo a las esquelas,
nada supiste al fin de lentejuelas
si me dicen dolor, digo "la Vargas".

Quién supiera reír como llorabas,
despejando las dudas con tequila.
Maldito sea este agosto tan aciago.

Hembra de gesto duro y sangre brava,
tu voz aún rota al fin está tranquila
con el regusto del último trago.



viernes, 3 de agosto de 2012

Promesas incumplidas


Prometo estar pendiente a los detalles
y no volver de nuevo a diluirme,
a dejarme llevar,
a ver cómo la inercia se apodera
del peso de las riendas.

Prometo recostarme en tu regazo
de una forma totalmente consciente,
sin la inútil pretensión
de que exorcices mis miedos.

Prometo ser el hombre que mereces,
no este imbécil que te escribe
promesas incumplidas mientras duermes.