El brindis
Hicimos de bambú la jaula para el panda,
negamos la evidencia delante del fiscal,
quisimos olvidar tomando drogas blandas,
dejamos para luego la dosis de Orfidal.
Nos fuimos a cazar con un traje de luces,
nos pegamos de bruces contra la realidad,
invertimos la apuesta: las caras fueron cruces,
y llamamos destino a la casualidad.
Encendimos la luz para ver las estrellas,
y vendimos los ojos para no ver la huellas
que dejamos andando por aquel lodazal.
Procuramos en balde evitar los insultos,
conjuramos el mal emboscado y ocultos,
nos bebimos, y el brindis quebró nuestro cristal.
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