Parece que fue ayer, pero es mentira,
que ya ha pasado un año, por lo menos
entonces te pedí que fueras bueno
al menos hasta hoy, Antonio, y mira...
La vida te ha enseñado el otro lado
y aceptas la sonrisa sin recelo,
igual que un niño acepta un caramelo.
descubrirlo me deja anonadado.
Amigo, para darle a tu memoria
no tengo más regalo que una historia
contada, ¿cómo no? con un soneto.
Ya ves, voy a pagar lo que te debo,
no sé si al fin me atrevo o no me atrevo...
¡Me atrevo!: Por el culo te la meto.
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