viernes, 13 de agosto de 2010

Paradojas

Era un ciudadano ejemplar, hasta que con 21 años asestó unas cuantas puñaladas (16 de ellas mortales) a un viandante con el que se había cruzado.

Todo el peso de la ley cayó sobre sus hombros, le echaron 30 años.

Fue entonces cuando empezó a ser un presidiario ejemplar.

Hoy treinta años después,sale, por fin, de su cautiverio.

Y es ahora, por primera vez, mientras la pesada puerta de hierro del penal se cierra ruidosamente a sus espaldas, cuando se siente encerrado por primera vez en mucho tiempo.

Paradojas de la mente humana, digo yo.

2 comentarios:

  1. en serio paso eso es de verdad lo que cuentas?


    que bueno que volviste
    te dejo besines y como siempre eres bienevenido por mi blog!

    besines stew.


    :) SAU

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  2. No es una historia real Sau, el tema viene a partir de que se me ocurrió pensar en lo agobiante que debe ser sentirse "encerrado en la calle", y quise escribir algo que contuviera ese concepto...

    Gracias por los besines, se echaban de menos.

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