jueves, 26 de abril de 2012

Un perro herido que se lame


De tanto tiempo al tiempo que le he dado,
el tiempo se ha empachado de sí mismo,
me toca lubricar el mecanismo
que está, tras tanta ausencia, algo oxidado.

Ya basta de ponerme como excusa
la fiebre creativa en otros lares.
Retomaré mis juegos malabares
me quieran ayudar, o no, las musas.

Voy a volver porque me quedan ganas
de andar exorcizando la fatiga
igual que un perro herido que se lame.

Intentaré volver cada semana
para saldar la deuda que atosiga
mi férrea cerrazón, mi ausencia infame.

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