De tanto que me escuecen los poemas
que nunca te escribí y que merecías
me salen hoy eternas letanías
con verbos nuevos sobre viejos temas.
Le canto como los primeros días,
al amor, a la muerte a los dilemas,
al dolor, a la suerte a los problemas,
a tu piel, a la gris melancolía.
En tanto amor no caben más vocablos,
ni más palabras que las que ya he dicho,
no temas si mis dedos pintan otras.
Clavado está en mi centro tu venablo,
Ayer mandaba sólo tu capricho,
y hoy, perdóname, mandáis vosotras.
Hermoso reparto de amor a capricho...
ResponderEliminarUna abrazo
Oh! Gracias por pasar bicefalapena, vuelve cuando quieras, siempre serás bienvenido!!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este soneto, bien medido y con buen ritmo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Maite, soy un enamorado del soneto y lo cultivo con pasión con cierta regularidad, si te gustan los sonetos pásate por aqui de vez en cuando!!!
ResponderEliminarUn Abrazo!!!