A mí no me preocupa la derrota,
ni el sueño, el desamparo me arrebata,
la soledad ni duele ni me mata,
ni ahogada en el silencio mi alma explota.
A mi lo que me asusta no es la muerte,
tampoco es el dolor lo que me asusta,
a mí lo que me aterra no es la fusta
del tiempo, me da igual la mala suerte.
No temo a la revancha, a la metralla,
ni al denso olor a sangre en la batalla,
no me amedranta el yugo vil, ni el sable.
No temo a los cañones ni a las balas,
el miedo sólo me corta las alas
si viene agazapado en lo inmutable.
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