Será que sobrevivo como las cucarachas
negando la evidencia de una muerte inminente,
será que la mentira me protege la frente
del poderoso rayo del implacable sol.
Quizá cuando a la hora de hablar de lo que pasa
deje de recurrir a fórmulas manidas,
quizá cuando la náusea permanezca dormida,
seré capaz al fin de evitar el dolor.
Pero hoy me agazapo como una rata herida
esperando la hora del adiós imborrable,
más triste que asustado, más triste aún si cabe,
con la guerra perdida, sin opciones de paz.
El caso es que la muerte no me gana por K.O.
pero mina mis pasos, lentamente me alcanza,
sabe, la sibilina, que este gesto en mi cara
se debe más al miedo, que a la pura verdad.
La verdad es que el tiempo se paró hace mil años
la verdad es que todo lo que pasa es mentira
la verdad es que nada sobrevive a la vida
la verdad es que tengo la memoria de un pez
Y en este absurdo mundo de tiempos olvidados
sobrevivo sin nada como las cucarachas,
deseando que todo lo que pasa sea nada
y vivamos la vida como antes de nacer.
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