Yo no he nacido más que para amarte
y tú has nacido para que te adore
de tanto amor, el alma de las flores
abandona las flores por mirarte.
Es tu dulce sonrisa la que apaga
al sol, que se sonroja y languidece.
Es tu aliento y tu fuerza la que mece
a ese mar donde el dolor naufraga.
Igual que un mar de luz, al mundo ciega,
de tanto que te amo, vivo ciego,
no cabe tanto amor por estos pagos.
Nada pide este amor, es todo entrega,
te amo ahora y voy a amarte luego,
para eso nací y es lo que hago.