Para Pepelu, autor del texto que da pie a este poema
Yo que sufrí de esos ciento y pico
que sé de lo que hablamos a esta hora
te pido: no lo dejes. Te suplico:
regresa con las musas seductoras.
Y si la musa no te para bola,
levantate y camina como sea,
a veces sonará la carambola
a veces bailarás con la más fea.
El hecho de escribir es lo que engrasa
el corazón de nuestros engranajes
ávidos del repique en un teclado.
Escribe y ya verás cómo se pasa,
y volverá a latir con su oleaje
la tinta que golpea en tu tejado.
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