domingo, 22 de junio de 2014

En el catorce firmo el finiquito.


Pongamos que este verso es el primero
y que este es el segundo que comparto,

digamos que ahora escribo aquí el tercero
y que este ya no es otro sino el cuarto.

Suponte que en el quinto no patino,
que este sexto verso ya lo acabo,
que el séptimo verá el mismo destino
que el cuarto, el quinto, el sexto y este octavo.

Imagina que el nono es el noveno,
y el décimo no es de lotería,
con este, once de once dejo escritos.

Con doce versos ya no tengo freno,
aquí van trece líneas muy vacías,
y en el decimocuarto, finiquito.

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