martes, 23 de diciembre de 2014

Nosotros los poetas...



Los poetas hacemos la compra en Mercadona,

los artistas también hacemos la colada,
los maestros del verso pasamos la fregona,
sí, los genios, mullimos, a veces, la almohada.

Los eruditos vamos a la panadería
y pedimos la vez, y compramos molletes,
los poetas, a veces, hacemos poesía,
pero a veces, también empanamos filetes.

Planchamos las camisas antes de los viajes,
regamos las macetas, cambiamos las bombillas,
los rapsodas sufrimos haciendo bricolaje
y metiendo cacharros en el lavavajillas.

Nosotros, los tocados por el don de las musas,
los que hallamos belleza en todos los rincones,
usamos una mopa cuando hay muchas pelusas,
y doblamos la ropa y ordenamos cajones.

Los poetas también nos metemos en charcos,
también nos golpeamos en el dedo meñique,
los artistas potamos cuando se mueve el barco,
y nos acojonamos si el barco se va a pique.

Nosotros, que os miramos por encima del hombro,
aspiramos la alfombra, paseamos al perro,
preparamos bizcochos, retiramos escombros,
cosemos dobladillos y salteamos puerros.

En fin, somos personas normales y corrientes,
nos gustan los gatitos, odiamos las arañas,
tenemos halitosis, se nos pican los dientes,
se nos nubla la vista, nos quitamos legañas.



domingo, 21 de diciembre de 2014

Poemas

Hay poemas que hablan de ti súbitamente
y que luego se callan como un negro presagio.


hay poemas que te nombran en todas sus esquinas
y te llaman a gritos y después disimulan
y miran hacia el techo y silban distraídos
como haciendo que nada saben de este alboroto.

Hay poemas que huelen a tu piel de nenúfar
y te mojan los ojos con su leve rocío.
Poemas que circundan tu sombra y tus aristas
como un gato que pasa por tus pies derramado.

Hay poemas que ocultan la verdad en sus pliegues,
que disfrutan de toda la amplitud del misterio.



Y poemas que escupen un "te quiero" insolente
o un "me duele estar vivo" desde un lecho de mármol.