viernes, 29 de enero de 2010

La gran ola de Kanagawa


...Y resulta,
al final,
que el cuadro ya no es tal cuadro,
que la luz no es ya luz,
ni es negrura lo oscuro...

Todo se vuelve bruma,
vacío, ausencia, fuego...
piedra húmeda...

... Y resulta,
al final,
que puedo ver el sonido
arrullante
de las olas
lejanas.

Puedo ver,
el sabor de la noche,
el aroma del mar...
la caricia del viento...

Acerco, por fin, mi oído al lienzo...
y me llevo los dedos...
...cubiertos de salitre
...y arrullo.

2 comentarios:

  1. hola stew....

    que hermoso que escribes por dios ..me encanta...
    hoy senti como haber encontrado una paz...como haber simergido la mirada en un cuadro de serenidad...de calma..de paciencia...

    no se quizas lo imagino...

    besines desde este lado del mundo. argentina
    :) sau

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  2. gracias por tus palabritas sau, me llenas ne orgullo.

    saludos

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