Cajon desastre, trastero, tugurio, cuchitril, en fin... tu casa, el mundo, el universo.
viernes, 30 de noviembre de 2012
Olor a Infierno
Qué más quisiera yo que este declive,
que esta falta total de fuerza y ganas
no barriera el paisaje y sus contornos.
Cómo me gustaría rebelarme,
alzar mi voz al viento, hallar el modo,
de girar la moneda a mi favor
como un hábil tahúr, como el destino.
El caso es que el ingrávido jadeo
que astilla la razón y la costumbre,
con su terco vaivén insoportable,
con su tic y su tac, su escalofrío,
arremolina papeles amarillos
a los pies de mi puerta carcomida.
Es posible que un trino vacilante,
un trémulo canto incandescente
cauterice sin miedo las heridas.
Tal vez el sol, mañana, u otro día
acaricie la suave decadencia
y la vida florezca en estas grietas.
El caso es que un olor es imborrable.
Cuando la pituitaria se amotina,
y devuelve rescoldo a la ceniza
nada se puede hacer, estás perdido.
Así, desde el edén, algunos días,
podremos percibir olor a infierno.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
Estará hecho
Aguza el oído, pon la máxima atención,
detrás de ti, en este mismo instante
se alza amenazante la mano
que acabará contigo.
Percibe su sombra.
Siente la vibración sutil del aire,
o su emboscado aroma...
Recurre, si aún puedes,
al vestigio,
a las ruinas humeantes de lo que fue en su día,
(un día gris, y lejanísimo),
el instinto.
Entonces (si lo logras), podrás prever,
y estar a salvo, quizá mágicamente.
Como la gacela, que se arquea,
antes incluso de que el viento
arrastre, oportuno, el hedor del guepardo,
agazapado y hambriento.
Ahora puedes respirar tranquilo,
ya se ha acabado el poema y la mentira...
Si he conseguido que un instante
hayas sentido el vaho y la amenaza...
Si esta no es la primera vez
que miras de reojo,
entonces... estará hecho.
detrás de ti, en este mismo instante
se alza amenazante la mano
que acabará contigo.
Percibe su sombra.
Siente la vibración sutil del aire,
o su emboscado aroma...
Recurre, si aún puedes,
al vestigio,
a las ruinas humeantes de lo que fue en su día,
(un día gris, y lejanísimo),
el instinto.
Entonces (si lo logras), podrás prever,
y estar a salvo, quizá mágicamente.
Como la gacela, que se arquea,
antes incluso de que el viento
arrastre, oportuno, el hedor del guepardo,
agazapado y hambriento.
Ahora puedes respirar tranquilo,
ya se ha acabado el poema y la mentira...
Si he conseguido que un instante
hayas sentido el vaho y la amenaza...
Si esta no es la primera vez
que miras de reojo,
entonces... estará hecho.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Frío
El frío, otra vez el frío frío,
ese miserable frío que apuñala,
que atenaza cada músculo
en convulsión microscópica
casi imperceptible,
pero innegable al fin,
como su fría sombra.
El frío es quien envuelve
ahora nuestro lecho...
con su lengua glacial
sus helados contoneos,
con su gélida mirada lasciva
de Lolita desvalida y hambrienta.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Para borrar las huellas
Para borrar las huellas de estos pasos
que doy con timidez hacia el abismo,
para aplacar la sed y el pesimismo
doy cuerda a los relojes con retraso.
Para sacarme de la piel la espina
que me clavó el silencio y su guadaña,
y disipar el vaho que le empaña
la vista a mi razón de tinta china,
me dejo de dar vueltas a la noria
y enfilo recto el tramo hacia una historia
escrita verso a verso, rima a rima.
Para acabar ganándole a mi sombra,
mi mano agita, barre, desescombra...
y me rescata de la atroz calima.
domingo, 18 de noviembre de 2012
Un soneto me pide
Para Mª del Mar Marchante Ortega
Un
soneto me pide Mar Marchante,
y
nunca me he encontrado en tanto aprieto;
¿Hacerlo
bien? No sé, sólo prometo
hacerlo
que no es mucho y ya es bastante.
Pensé
que no hallaría consonante
para
salir contento de este reto,
así
que a la mitad de este soneto
le da Lope los toques más brillantes.
Por el primer terceto voy entrando
la duda golpeándome en el pecho
Por el primer terceto voy entrando
la duda golpeándome en el pecho
Me
obliga a releer de vez en cuando.
Ya
voy por el segundo, y aun sospecho
Que
alguno pensará que estoy plagiando,
Y
alguno se dará por satisfecho.
sábado, 17 de noviembre de 2012
Abril será tu nombre
Abril será tu nombre, y tu apellido
será una lluvia fina, en primavera,
cómo esperarte si cuando se espera
el tiempo que se va es tiempo perdido.
Ahora que te siento dar patadas
al vientre que es tu hogar y te cobija,
Abril te llamo y puede que lo elija
porque es tu nombre y yo no elija nada.
Ahora que le das luz a mi ceño,
Abril te llamo y eres primavera
Abril, porque es el mes de la alegría.
Ahora que eres vida y eres sueño,
y carne ya tangible y venidera
Abril, Abril te llamo, vida mía.
jueves, 8 de noviembre de 2012
Y si se va la luz
Para Paco Cifuentes por la inspiración
Y si se va la luz
en plena efervescencia
y ves que no es
la plena oscuridad
lo que nos hace temblar,
no pierdas la paciencia.
Cuando contra el dolor
sucumba la conciencia
supón que tú y yo
seremos más felices
con estas cicatrices...
No pierdas la paciencia.
Así, tal vez,
regrese aquel atardecer
que vio cómo crecimos
y cómo cumplimos
lo que nos prometimos.
Y si se va la luz
será la penitencia
que habremos que pagar
para seguir así
amándonos con cada cicatriz
sin piedad ni clemencia.
en plena efervescencia
y ves que no es
la plena oscuridad
lo que nos hace temblar,
no pierdas la paciencia.
Cuando contra el dolor
sucumba la conciencia
supón que tú y yo
seremos más felices
con estas cicatrices...
No pierdas la paciencia.
Así, tal vez,
regrese aquel atardecer
que vio cómo crecimos
y cómo cumplimos
lo que nos prometimos.
Y si se va la luz
será la penitencia
que habremos que pagar
para seguir así
amándonos con cada cicatriz
sin piedad ni clemencia.
martes, 6 de noviembre de 2012
Acto involuntario
Cómo lidiar con que te necesito
de una manera sobrecogedora.
Cómo evitar esta demoledora
necesidad de ti, sin dar un grito.
Cómo escapar del hueco que me dejas,
del eco resonando en la almohada.
Cómo aceptar que todo es casi nada
al borde del camino que te aleja.
Confieso que este amor que te profeso
es por completo un acto involuntario,
una pulsión sin base ni argumento.
Eres la libertad para este preso
que no conoce más itinerario
que aquel que más le aleja del cemento.
sábado, 3 de noviembre de 2012
Para eso: mis dedos
Por volver a los días en que fuimos felices
y lanzábamos piedras al espejo del río;
para volver al prado donde las golondrinas
hacían piruetas despreocupadamente.
Por acabar con este temblor, ya recurrente,
con esta pesadilla que persigue y acosa;
para volver al lecho donde todos los miedos
fueron exorcizados, y arrancados de cuajo.
Por extirpar las dudas, en fin, los titubeos,
que nos hacen perder un tiempo indispensable;
para volver al tiempo donde todo era fácil,
y el amor era amor, y no lo que sangramos.
Por encender la mecha de la traca final,
la que nos turbe a todos, sin ningún miramiento;
para decir las cosas que quisiera decir
y mi boca se calla... para eso: mis dedos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)