pero para creer la fe no basta.
A veces brillan menos los relámpagos
y es mayor el estruendo.
En fin, quizá resulte que es mejor
obviar la realidad por un momento,
vivir ciego y de espaldas,
a aquello que, furtivamente, somos.
Lo cierto es que a esta hora
de trenes que se alejan y de espinas,
el eco de la noche,
de nuevo me abandona en tus dominios.
Echo la vista atrás, y el cementerio
me abraza; y me apuñalan los cipreses.
No sé, quizá sea cierto
que el futuro es ahora, y no hay mañana.
No sé, quizá sea cierto
me enamoran tus versos más libres porque tienen un ritmo interno tan exacto con el tema que me da unas ganas enormes de plagiarte.
ResponderEliminarSi. Quizá sea cierto.
ResponderEliminarAbrazos, Stewart.
Caronte, gracias, no creas... puedo hacerlo mejor, hacía tiempo que no escribía nada nuevo que no fueran sonetos y necesitaba sacarme el palo del culo... pero no es fácil volver al verso libre...
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, sin embargo.
Torcuato: Es la primera vez que te veo por mi cuchitril, no?, bienvenido, vuelve cunado quieras!!!