Si la nieve del tiempo da a tus sienes
una argentada capa subrepticia.
Si una lengua glacial te da caricias
que borran el aullido de los trenes.
Si la herrumbre del tiempo coloniza
tu piel, tu mano izquierda, tu mirada.
Si una lengua glacial y envenenada
te lame y a la vez te paraliza;
Asume que jamás habrá victoria,
el tiempo, ni acompaña ni abandona,
y no tiene botón de retroceso.
Es una linea el tiempo, no una noria.
Con lo que finiquita, nos abona,
y así se perpetúan sus procesos.
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